Leyendo nuevamente la joya de Pat Dorsey, “El Pequeño Libro que Genera Riqueza”, creí pertinente escribir un artículo donde tocáramos uno de los puntos más importantes que toman en consideración en Dorsey Asset Management a la hora de invertir, y que también desde Arca Asset Management creemos, es la piedra angular al momento de tomar una decisión de inversión: las ventajas competitivas de las empresas.
Como destaca Dorsey, en las inversiones no existe una fórmula de éxito mágica e inexorable. Sin duda, hay más de una manera de lograr hacer dinero en la Bolsa. La primera, y quizás la más común, es jugar el “juego de Wall Street”: vigilar las tendencias, y tratar de adivinar qué compañías superarán las estimaciones de ganancias cada trimestre. Bajo este esquema, es bastante factible que un inversionista se enfrente a una arraigada competencia en la búsqueda de beneficios. Si no es este método, la otra opción es basar la comprar acciones siguiendo patrones gráficos o persiguiendo empresas de crecimiento rápido, pero correrás el riesgo de que no surjan compradores que te quiten las acciones de las manos a un precio más alto. De la misma forma, también puedes intentar comprar solamente acciones baratas con ninguna o muy poca consideración por la calidad del negocio subyacente, pero en donde para tener éxito tendrás que equilibrar los rendimientos excesivos de las acciones que terminan saliendo bien con las pérdidas de las que se desvanecen sin que ni siquiera te des cuenta. O simplemente (y esta es la base de nuestra estrategia de inversión) puedes comprar compañías maravillosas a precios razonables, y dejar que esas compañías aumenten sus beneficios durante largos períodos de tiempo. Sorprendentemente, no hay muchos administradores de fondos que sigan esta estrategia, a pesar de que es la que utilizan algunos de los inversores más exitosos del mundo, como Warren Buffett o Stanley Druckenmiller.
Ahora, en la teoría, el plan de juego que debes seguir para implementar esta estrategia es el siguiente:
1. Identificar a las empresas que pueden generar beneficios por encima de la media durante muchos años.
2. Esperar a que las acciones de esas compañías se negocien por menos de su valor intrínseco, y luego comprar.
3. Mantener esas acciones hasta que el negocio se deteriore, las acciones se sobrevaloren o se encuentre una mejor inversión. Este período de tenencia debe medirse en años, no meses.
¿Por qué es tan importante encontrar negocios que puedan generar grandes beneficios durante muchos años?
Para responder a esta pregunta, Dorsey nos hace pensar en el propósito de una empresa, que no es más que tomar el dinero de sus inversionistas para generar un retorno atractivo sobre él mismo. Las empresas son en realidad grandes máquinas que captan capital, lo invierten y crean más capital (buenos negocios) o arrojan menos capital del que captaron (malos negocios). Una compañía que puede generar altos rendimientos de su capital durante muchos años, compondrá patrimonio de una manera sostenible. Sin embargo, las empresas que pueden hacer esto no son comunes, porque los altos rendimientos del capital atraen a los competidores. Así es como funciona el capitalismo, después de todo, el dinero busca las áreas de mayor rendimiento esperado, lo que significa que la competencia llega rápidamente a la puerta de una empresa con grandes beneficios. Así que, en general, los retornos del capital sufren lo que comúnmente se conoce como reversión a la media.
No obstante, algunas compañías son capaces de soportar la implacable embestida de la competencia durante largos períodos de tiempo, y estas son las máquinas de creación de riqueza que pueden formar la base de su cartera. Por ejemplo, piense en empresas como Microsoft, Home Depot, Procter & Gamble, Walmart o Apple, todas estas empresas son extremadamente rentables y se han enfrentado a intensas amenazas competitivas durante muchos años, y sin embargo, siguen obteniendo rendimientos muy altos del capital. Tal vez sólo tuvieron suerte, o (más probablemente) tal vez esas empresas tienen algunas características especiales de las que carecen la mayoría de las compañías.
¿Cómo se pueden identificar empresas como éstas?
Para responder a esta pregunta, busque características estructurales específicas llamadas ventajas competitivas o fosos económicos. Así como los fosos alrededor de los castillos medievales mantenían alejados a los ejércitos rivales, los fosos económicos protegen de la competencia los altos rendimientos del capital que disfrutan las mejores empresas del mundo. Si puedes identificar las empresas que tienen “fosos económicos” y puedes comprar sus acciones a precios razonables, construirás un portafolio de buenos negocios que mejorarán enormemente tus posibilidades tener éxito en el mercado de valores.
¿Qué es un foso económico y cómo te ayudará a elegir grandes acciones?
Dorsey explica en su magnífico libro, que para la mayoría de la gente es de sentido común pagar más por algo que es más duradero. Desde los electrodomésticos de su cocina hasta sus carros o sus teléfonos, los artículos que duran más tiempo suelen tener precios más altos, porque el mayor coste inicial se compensa con unos pocos años más de uso. El mismo concepto se aplica al mercado de valores. Las empresas duraderas, es decir, las que tienen fuertes ventajas competitivas, son más valiosas que las que corren el riesgo de pasar de cien a cero en cuestión de meses porque nunca tuvieron mucha ventaja sobre su competencia. Esta es la mayor razón por la que los fosos económicos deberían importarte como inversor: las empresas con fosos son más valiosas que las empresas sin fosos. Así que, si puedes identificar qué compañías tienen fosos económicos, pagarás sólo por las compañías que realmente valen la pena.
¿Por qué los “fosos” deberían ser una parte esencial de su proceso de selección de acciones?
Pensar en invertir en empresas que cuenten con profundos fosos económicos puede proteger su capital de inversión de varias maneras. Por un lado, refuerza la disciplina de su estrategia de inversión, haciendo menos probable que pagues en exceso por una empresa con una ventaja competitiva inestable. Además, altos rendimientos del capital siempre se verán compensados con el paso del tiempo. Piense en todos los minoristas que alguna vez fueron muy populares o en las empresas de tecnología de rápido crecimiento cuya ventaja competitiva desapareció de la noche a la mañana cuando otra empresa lanzó un mejor producto al mercado. Es fácil quedar atrapado en los grandes márgenes de beneficio y el rápido crecimiento, pero la duración de esos grandes beneficios es lo que realmente importa.
Igualmente, si tiene razón sobre el foso económico, las probabilidades de un deterioro permanente del capital, es decir, de perder irrevocablemente dinero en su inversión, disminuyen considerablemente. Es más probable que las empresas con fosos aumenten su valor intrínseco de manera fiable con el tiempo, por lo que si usted termina comprando sus acciones a una valoración que (en retrospectiva) es algo alta, el crecimiento del valor intrínseco protegerá el rendimiento de su inversión. Las empresas sin fosos tienen más probabilidades de sufrir disminuciones bruscas y repentinas de su valor intrínseco cuando se topan con obstáculos de la competencia, y eso significa que usted querrá pagar menos por sus acciones.
Simultáneamente, las empresas con fosos también tienen mayor resistencia, porque las empresas que pueden recurrir a una ventaja competitiva estructural tienen más probabilidades de recuperarse de problemas temporales. Esta resistencia de las empresas con fosos es un enorme respaldo psicológico para un inversor que busca comprar empresas maravillosas a precios razonables, porque las empresas de alta calidad se convierten en buenos valores sólo cuando algo sale mal (recordemos la legendaria frase de Howard Marks: “una buena empresa puede ser una mala inversión si se paga demasiado caro por sus acciones”). Pero la ventaja recae en que, si analizas el foso de una compañía antes de que se vuelva barata, es decir, antes de que los titulares pasen de ser brillantes a ser quejumbrosos, tendrás más información sobre si los problemas de la empresa son temporales o terminales.
Finalmente, los fosos pueden ayudarte a definir lo que se llama un «círculo de competencia». Como ha afirmado en reiteradas ocasiones Warren Buffett: “delimitar tu circulo de competencia a la hora de invertir es una ventaja sustancial en el largo plazo”. Sin lugar a duda, a la mayoría de los inversores les va mejor si limitan sus inversiones a un área que conocen bien -las empresas de servicios financieros, por ejemplo, o las acciones de tecnología- en lugar de «tratar de arrojar una red demasiado amplia». En lugar de convertirse en un experto en un conjunto de industrias, ¿por qué no convertirse en un experto en empresas con ventajas competitivas, independientemente del negocio en el que se encuentren? En este caso el inversor limitaría un vasto e inviable universo de inversión a uno más pequeño compuesto de empresas de alta calidad que puede entender bien.
Alcanzado este punto, podemos concluir y agregar algunos puntos finales a lo que hemos conversado:
1. Comprar una acción significa que tienes una pequeña parte del negocio.
2. El valor de un negocio es igual a todo el efectivo que generará en el futuro.
3. Un negocio que puede generar beneficios durante mucho tiempo vale más hoy que un negocio que puede ser rentable sólo durante un corto tiempo.
4. El retorno del capital es la mejor manera de juzgar la rentabilidad de una empresa.
5. Los fosos económicos pueden proteger a las empresas de la competencia, ayudándolas a ganar más dinero durante mucho tiempo, y por lo tanto, haciéndolas más valiosas para un inversor.
En la próxima nota, estaré escribiendo sobre las características prácticas más importantes que deberían cumplir las empresas para satisfacer el hecho, de contar con unas ventajas competitivas sostenibles en el tiempo. Asimismo, daremos algunos consejos que le permitirán buscar empresas de gran calidad y con un foso económico robusto en un mercado cada vez más competitivo.