A finales de este mes, el icónico Warren Buffett cumple 90 años. Y a pesar de tener muchos libros y artículos escritos en torno a su vida profesional -y que además cada movimiento que realiza es ampliamente cubierto por la prensa especializada- no se me ocurre una mejor forma de celebrar su influencia escribiendo un artículo sobre lo que ha sido su vida, y la contribución que ha dejado para muchos inversionistas alrededor del mundo, incluyéndome.
Indudablemente, Buffett es uno de los financieros y gerentes más idolatrados y seguidos alrededor del planeta. Su enfoque sobre la inversión, combinado con su increíble visión en los negocios, le ha permitido generar una ganancia media anualizada del 20,3% anual desde 1965. Poco más del doble del 10% de ganancias anualizadas que el S&P 500 ha proporcionado en el mismo período de tiempo. Por sus magníficos resultados, Buffett ha sido apodado como el “Oráculo de Omaha”. Pero mucho más allá de su extraordinaria carrera, Buffett es, para muchos, un verdadero modelo a seguir.
Los inicios del Oráculo de Omaha
Warren Buffett nació el 30 de agosto de 1930, en Omaha, Nebraska. Su padre Howard era un corredor de bolsa (posteriormente se convertiría en Congresista) y su madre Leila era ama de casa. Cuando niño, Warren pasaba la mayor parte de su tiempo en la firma de corretaje de su padre, leyendo desde libros de inversión hasta informes anuales de distintas empresas. Buffett era muy unido a su padre y le atribuye gran parte de su éxito, y afirma constantemente, que fue quien le introdujo en el mundo de la inversión.
Desde muy temprana edad, Warren tuvo una comprometida afición por los negocios. Algunos de los primeros emprendimientos que tuvo fueron vender chicles y botellas de Coca-Cola de puerta en puerta. Su abuelo tenía una tienda de comestibles, así que Buffett compraba paquetes de productos y los vendía individualmente cada uno a un precio mayor, obteniendo así un beneficio.
Warren hizo su primera inversión con sólo 11 años, usando el dinero que había ganado hasta entonces (unos 120 dólares) para comprar sus primeras acciones. Decidió comprar acciones para él y su hermana, en una compañía de petróleo y gas llamada Cities Service (hoy en día Citgo). Cada uno compró 3 acciones a un precio de 38,25 dólares por acción. Después de invertir en ellas, el precio bajó rápidamente a unos 27 dólares por acción, pero un ansioso Buffett se aferró con fuerza y esperó hasta que el precio subiera a unos 40 dólares, momento en el que vendieron y obtuvieron una pequeña ganancia. Después de tomar la ganancia, el precio aumentó hasta 202 dólares y Buffett se dio cuenta que podría haber ganado mucho más si hubiera esperado. Dice que aprendió mucho de esta inversión, como la necesidad de ser paciente y no precipitarse en una decisión sin razón.
De ser rechazado por Harvard a encontrarse con Graham
Buffett se graduó de la secundaria en 1947 a la edad de 17 años, con la leyenda en su anuario: «Le gustan las matemáticas; un futuro corredor de bolsa«. Después de la graduación, Buffett no estaba interesado en seguir estudiando, considerando la cantidad de dinero que ya estaba ganando, pensó que eso lo retrasaría. Su padre le convenció para que se matriculara en la Universidad de Pennsylvania y Buffett estudió negocios durante 2 años, pero no estaba contento, así que se cambió a la Universidad de Nebraska donde se graduó a los 19 años, obteniendo su título en Administración de Empresas.
Después de la graduación, Buffett quería ir a la Escuela de Negocios de Harvard, ya que pensó que sería más estimulante mentalmente y le daría la oportunidad de aprender más. Pero, lamentablemente, fue rechazado. En su lugar, decidió ir a la Escuela de Negocios de Columbia para estudiar su maestría. Buffett eligió Columbia después de leer el libro «El Inversor Inteligente» de Benjamin Graham, que según Buffett, es el mejor libro sobre inversión jamás escrito.
Cuenta Warren que cuando se enteró que Graham enseñaba en Columbia, tuvo que ir allí. Graham se convirtió en una gran influencia para Buffett, quien afirma que fue la persona más influyente para él después de su padre. Buffett aprendió los fundamentos de la inversión en valor y fue el único estudiante -mientras Graham dictó la catedra- que obtuvo una A+.
Después de graduarse, Buffett estaba muy interesado en ir directamente a trabajar en Wall Street, pero tanto su padre como Graham le suplicaron que no lo hiciera. Buffett incluso se ofreció trabajar para Graham de forma gratuita, pero este se negó, así que regresó a Omaha y empezó a trabajar en la empresa de corretaje de su padre. Finalmente, unos años después, Buffett fue contactado por Graham quien le ofreció un trabajo en su sociedad y en 1954, se mudó de nuevo a Nueva York para trabajar allí.
Los primeros pasos de su sociedad de inversión
En 1956, Graham cerró su firma de inversión por lo que Buffett decidió volver a Omaha. Fue ahí donde comenzó su propia sociedad llamada Buffett Associates Ltd. Siete miembros de la familia y amigos invirtieron 105.000 dólares en total. A finales de año, la sociedad administraba alrededor de 300.000 dólares. En 1962, la sociedad ya tenía un valor de 7,2 millones de dólares y Buffett decidió fusionar todas las sociedades en una sola; formando Buffett Partnership Ltd. La cantidad mínima de inversión era de 100.000 dólares. Ese mismo año Warren Buffett conoció a Charlie Munger y congeniaron inmediatamente, iniciando la famosa amistad y sociedad que se mantiene a día de hoy.
Buffett Partnership Ltd. siguió teniendo mucho éxito. En 1966 los activos se elevaban a más de 44 millones de dólares, y Buffett decidió detener cualquier nueva inversión. En 1968, mientras se preocupaba por el aumento de los precios de las acciones, la sociedad obtuvo un gran beneficio que superó los 104 millones de dólares. Buffett disolvió la sociedad en 1969 ya que afirmaba que no podía encontrar ninguna “ganga” en el mercado actual. Liquidó todos los activos excepto Berkshire Hathaway y Diversified Retailing. Distribuyó todas las acciones de los socios de Berkshire, pero mantuvo su propia participación que se situó en 29%.
La historia detrás de la compra de Berkshire Hathaway
Buffett comenzó a comprar acciones en Berkshire Hathaway en 1962, cuando se dirigía principalmente como una empresa textil y era propiedad de Seabury Stanton. En 1964, Stanton ofreció comprar las acciones de Buffett a 11,5 dólares por acción. Buffett aceptó, pensando que el negocio no iba a mejorar. Sin embargo, cuando Buffett recibió la oferta por escrito unas semanas después, la oferta decía 11,375 dólares. Este intento furtivo de ganar un octavo extra hizo que Buffett se enfadara.
Decidió no vender y en su lugar continuó comprando más acciones de la compañía. Finalmente se hizo cargo de Berkshire en un acto de retribución y despidió a Stanton. Buffett intentó seguir con la parte textil del negocio al principio, pero se dio cuenta de que no había tantos beneficios y cambio poco a poco el modelo de negocios hacia lo que hoy conocemos como un conglomerado. En 1970, Buffett se nombró a sí mismo Presidente del Consejo de Administración de Berkshire Hathaway y escribió su primera carta a los accionistas. Estas cartas de Buffett son a día de hoy ampliamente seguidas y estudiadas por muchos inversores de todo el mundo.
Pasar del enfoque “cigar butts” a los fosos defensivos
En 1971, Buffett hizo la mayor inversión de su carrera hasta entonces. A través de Berkshire Hathaway, compró una compañía llamada «See’s Candies» por 25 millones de dólares. Esto estaba muy lejos del modelo de negocio en el que Berkshire Hathaway operaba originalmente, pero influenciado por Charlie Munger, este tipo de inversión pronto se convertiría en un movimiento de marca para la compañía; invirtiendo en negocios que creían que tenían un «foso defensivo«. En términos básicos, se trata de la capacidad de una empresa para mantener una ventaja competitiva sobre el resto de la industria y mantener su cuota de mercado. Como dice Buffett:
«La decisión más importante en la evaluación de un negocio es el poder de fijación de precios, si tienes el poder de subir los precios sin perder el negocio frente a un competidor, tienes un muy buen negocio».
Aumentando el “Float”: El factor diferencial de Berkshire
La participación en el negocio de seguros por parte de Berkshire Hathaway también se ha convertido en una marca registrada del éxito de Buffett. Cuando las compañías de seguros cobran las primas de sus clientes, no se les paga inmediatamente en otras reclamaciones de seguros. Este dinero se queda en la compañía y se conoce como su «float«.
Es a raíz de esto que Berkshire Hathaway, gracias a sus negocios de seguros, ha gozado a través de los años al acceso de efectivo sin costo alguno. Esto es usado por Berkshire para invertir, esencialmente dándole un enorme préstamo sin intereses. Como dice Buffett: «Disfrutamos del uso de dinero gratis y, mejor aún, nos pagan por tenerlo.»
Buffett durante la crisis tecnológica
Berkshire Hathaway continuó su camino exitoso durante la década de los 70 y 80 con Buffett tomando posiciones en empresas que resultaron ser icónicas en su cartera: Coca Cola, The Washington Post, The Nebraska Furniture Mart, entre otras. Pero los años 90 trajeron un nuevo e interesante desafío para Warren y fue un ejemplo ideal de cómo puede mantener su plan a pesar de tener el mundo entero en contra.
Y es que a finales de los 90, el atractivo de las nuevas compañías “punto com” era simplemente demasiado atractivo para la mayoría de los inversores y pronto se convirtió en una burbuja. Buffett, por otro lado, se mantuvo alejado. En su carta a los accionistas, afirmó que los inversores en tecnología se habían quedado más tiempo del que tenían.
Warren afirmaba en su carta que el valor se destruye y que no se crea en cualquier negocio que pierda dinero. Si miramos atrás a la filosofía de inversión que aprendió de Graham, está claro que los negocios de tecnología durante este tiempo no representaban a las empresas que él busca. Durante este tiempo, mucha gente pensó que Buffett había perdido su toque, incluso Barron’s escribió: «¿Qué pasa, Warren?» ya que las acciones de Berkshire habían pasado de un máximo de 81.000 dólares a alrededor de 40.000 dólares por acción. Sin embargo, Buffett, en retrospectiva, tuvo razón. A medida que el precio de las acciones se recuperaba a sus anteriores niveles máximos una vez que la burbuja y la histeria terminaban. Su visión de mantener su enfoque a largo plazo venció a otros inversores una vez más.
La crisis financiera
Durante la crisis financiera de 2007-2008, Buffett fue criticado una vez más. Esta vez fue por asignar el capital demasiado pronto y no conseguir las mejores ofertas. A lo largo de 2008, adquirió grandes participaciones en grandes empresas como Goldman Sachs y General Electric. Fue en los momentos de pánico que Buffett pudo usar sus enormes reservas de dinero para invertir en empresas con un gran descuento del valor que veía en ellas.
Sin embargo, las críticas pueden haber sido fuera de lugar, ya que 5 años después se informó que había obtenido más de 10 mil millones de dólares de beneficio de los acuerdos que había hecho entre 2008 y 2011. Esto es a pesar de mostrar una caída en las ganancias del 62% durante el mismo 2008. En particular, la inversión de Buffett en Bank of America es vista como un movimiento genial. Una inversión de 5 mil millones de dólares en warrants pudo ser ejercida por una participación de 19 mil millones de dólares; lo que significa que para 2017, había obtenido una ganancia de 12 mil millones de dólares.
Actividad reciente de Buffett
En los últimos años pocas cosas han cambiado para el Oráculo de Omaha. Posiblemente el mayor de los cambios haya sido el haber invertido en Apple, algo que hace unos 20 años no se hubiese ni siquiera imaginado el más fiel de los Buffetianos. Pero al final, estas inversiones como otras tantas son siempre muestra de la capacidad de adaptación de Buffett.
Asimismo, dada tanto su avanzada edad como la de su compañero Charlie Munger, Buffett ha ido abriendo el camino a una posible sucesión en Berkshire (a pesar que bromea con el hecho que seguirá dirigiendo la empresa 5 años después de fallecido). Entre los nombres que suenan para sustituirlos se encuentran 3 grandes gerentes de la compañía: Ted Weschler, Todd Combs y Ajit Jain. Los primeros, son posiblemente la razón que está detrás de la compra de Apple por parte de Berkshire Hathaway, por lo que viendo el éxito que ha tenido esta adquisición, es sinónimo de buenas expectativas para algunos. Además, algunas de sus compras para el conglomerado han sido muy exitosas, como, por ejemplo: Amazon, DaVita, Mastercard, entre otras.
Pensamientos finales
En vísperas de su cumpleaños número 90, Buffett sigue impartiendo cascadas de conocimiento cada vez que tiene la oportunidad. Desde sus famosas entrevistas en Yahoo Finance o CNBC hasta su reciente Asamblea de Accionistas (la primera que realiza sin público), cada espacio donde Buffett comparte su visión y experiencia es una fuente de aprendizaje para todos aquellos que lo seguimos.
Como inversionista y como gerente, las enseñanzas de Buffett en mi forma de comprender los negocios ha sido fundamental. Su famosa frase: “Soy mejor inversor porque soy mejor hombre de negocios, y soy mejor hombre de negocios porque soy mejor inversor”, es un resumen de lo importante que es tener una visión empresarial en esta industria.
Asimismo, si algo ha destacado en la carrera de Buffett además de sus buenas decisiones de inversión, ha sido la integridad bajo la cual ha mantenido su profesión. Hay una frase muy famosa, y que siempre intento repetirle tanto a mi equipo de trabajo como a mi entorno: “Cuesta 20 años construir una reputación y 5 minutos destruirla, si piensas esto harás las cosas de manera diferente”. Esta frase debe ser colgada en todas las escuelas de negocios del mundo.
Para concluir, creo que las lecciones de inversión de Warren Buffett son y serán imperdurables. Pero más allá de lo importante que resulte para algunos su enfoque al seleccionar acciones, el verdadero valor de Warren va alineado con las lecciones de vida mucho más profundas que ha impartido. La lección más importante que he aprendido de Warren, es hacer un buen uso de nuestros hábitos. Ya que, terminantemente, nuestros hábitos nos terminan formando. Si le damos la importancia a nuestros hábitos que se merecen, y si entendemos que son nuestros hábitos los que nos terminaran formando directamente en nuestro futuro, seguro empezaremos a tomar mejores decisiones de calidad en nuestras vidas.
Por último, que mejor manera de cerrar este artículo, con mi frase favorita de Warren Buffett:
“Las cadenas del hábito son demasiado ligeras para sentirse hasta que son demasiado pesadas para romperse”.